Aphis spiraecola
Identificación, biología y daños
Método de muestreo y umbrales
Métodos de control
Gestión en cultivo ecológico
Identificación
La adulta áptera mide entre 1,2 y 2,2 mm. Pulgón de color que varía del verde amarillento al verde. Las antenas miden aproximadamente la mitad que su cuerpo. Los sifones tienen forma de huso y la cauda digitiforme, ambas son oscuras (Fig. 1 y 2). Su abdomen se ensancha en el tercio posterior. Al ser de color claro, se observan, por transparencia, los ojos de las ninfas en formación, situadas en el interior de su abdomen.
La adulta alada mide 1,75mm. Es un pulgón cuya coloración varía del verde amarillento al verde manzana. Posee cabeza, antenas, tórax y coxas oscuras. Las antenas son más cortas que el cuerpo. En los laterales del cuerpo se le pueden manifestar unas manchas oscuras. Los sifones y la cauda son oscuros. Las colonias deforman las hojas que pican y las enrollan.
Síntomas y daños
Al igual que A. gossypii, los daños producidos por A. spiraecola son debidos a la succión de savia y a la gran cantidad de melaza secretada, a partir de la cual se desarrolla la “negrilla”. También es capaz de transmitir el virus de la tristeza; aunque su eficacia como vector de la tristeza no es muy alta, sus elevadas poblaciones en cítricos sugieren que probablemente tenga un cierto papel en la difusión de la enfermedad.
Produce graves daños en los cítricos; deforma y enrolla las hojas del ápice hacia el peciolo y del haz hacia el envés. Los brotes atacados interrumpen su crecimiento (Fig. 3 y 4).
Biología
En su lugar de origen (América) se reproduce de manera holocíclica, sin embargo en la cuenca Mediterránea es anholocíclico. Es una especie polífaga. En su zona original tiene como hospedante invernal a especies vegetales de género Spiraea y entre los hospedantes secundarios se hallan los cítricos. Hoy por hoy, ha aumentado su preferencia a los cítricos.
Por lo general, es fácil observar hormigas alimentándose de la melaza secretada por los pulgones, a los que a cambio cuidan (Fig. 5).
Variedades atacadas
Ocasiona daños de consideración en naranjos y mandarinos y de menor intensidad en limonero, aunque los clementinos son los más sensibles a los ataques de A. spiraecola, especialmente cuando se realizan podas severas.
Muestreo
Debe realizarse semanalmente o quincenalmente durante la brotación de primavera en las parcelas de clementinos. Para determinar el umbral de tratamiento se colocan dos aros de 0,25 m2 (56 cm de diametro) sobre la superficie de la copa del árbol y se determina el porcentaje de brotes atacados por pulgones.
Umbral de intervención
Se recomienda realizar tratamientos cuando el 25% de brotes están atacados.
Control biológico
Hay un alto y diverso número de enemigos naturales que atacan a los pulgones de los cítricos. Sin embargo, no son capaces de controlarlos cuando los pulgones afectan a los clementinos, ya que la población en determinadas épocas del año se eleva de una manera explosiva, mientras que los enemigos naturales no son capaces de hacer frente a este incremento de población de forma tan rápida.
Parasitoides
Los parasitoides de pulgones más importantes en cítricos son endoparasitoides (se desarrollan dentro del cuerpo del huésped) que pertenecen a la familia de los bracónidos. El parasitoide más abundante y eficaz es Lysiphlebus testaceipes que, sin embargo, no es capaz de desarrollarse sobre A. spiraecola. En campo es fácil detectar la presencia de pulgones parasitados (momias) (Fig. 1).
Depredadores
Existe una gran diversidad de depredadores que atacan a los pulgones de cítricos. Entre los coccinélidos destacan los del género Scymnus (Fig. 2). Dentro de este género existen varias especies morfológicamente muy similares: Scymnus interruptus y S. subvillosus. También es muy común observar larvas del neuróptero crisópido Chrysoperla carnea (Fig. 3) y de dípteros como el cecidómido Aphidoletes aphidimyza (Fig. 4) y de sírfidos (Fig. 5) sobre las colonias de pulgones de cítricos.
Control cultural
Colocar trampas cromotrópicas amarillas. Las trampas engomadas amarillas y las bandejas amarillas con agua son atrayentes de las formas aladas, lo que ayuda en la detección de las primeras infestaciones de la plaga.
Control químico
Tratamientos recomendados
Si se sobrepasa el umbral de tratamiento se recomienda realizar el tratamiento insecticida a las 24 horas. Realizarlo mojando sólo la parte externa del árbol, dejando el interior sin tratar para que sirva de reservorio a los enemigos naturales presentes, a excepción de los años en los que se haya realizado una poda intensa.
Las materias activas recomendadas para el control químico de pulgones son:
Clasificación modo de acción (IRAC) | Materia activa | Plazo seg. |
UNM | Aceite de parafina | * |
23 | spirotetramat | 14 |
4A | Acetamiprid | 14 |
29 | Flonicamida | 60 |
3A | Tau-fluvalinato | 21 |
3A | Deltametrina | 30 |
El esquema de color empleado para cada producto pretende visualizar los distintos modos de acción en los que basar las rotaciones para el manejo de las resistencias.
Recomendaciones:
- En caso de tener que realizar más de una aplicación se debe alternar entre las materias activas con distinto modo de acción, con el fin de evitar la aparición de resistencias.
- Los plaguicidas deben utilizarse a las dosis recomendadas para evitar la aparición de resistencias o pérdida de eficacia de la aplicación..
- Todas las aplicaciones químicas deben realizarse con equipos previamente calibrados. Se debe considerar el uso de un adecuado volumen, presión y velocidad de aplicación, de manera que se asegure una apropiada cobertura vegetal.
- La técnica de aplicación debe permitir alcanzar bien el envés de las hojas, procurando una buena cubrición de éstas en todas las plantas. Para las aplicaciones en pulverización es aconsejable la utilización de mojantes.
- Realizar los tratamientos sobre focos, si están bien delimitados.
- Cuando la presencia de melaza es abundante, se deberá dar primero un tratamiento para lavar y disolver dicha melaza con detergente a la dosis de 1 gr/l de agua. Esta acción ayuda además al control de la plaga.
La gestión de pulgones en cultivo ecológico, principalmente en clementinos, puede resultar compleja por la explosividad de la plaga. Por ello es importante tomar medidas de control preventivas como es el uso de cubiertas vegetales.
Control biológico
Hay un alto y diverso número de enemigos naturales que atacan a los pulgones en los cítricos. Sin embargo, en la mayoría de los casos no son capaces de controlar cuando los pulgones afectan a los clementinos, ya que la población en determinadas épocas del año se eleva de una manera explosiva, mientras que los enemigos naturales no son capaces de hacer frente a este incremento de población de forma tan rápida.
Entre los depredadores destacan los coccinélidos del género Scymnus. Dentro de este género existen varias especies morfológicamente muy similares: Scymnus interruptus y S. subvillosus. También es muy común observar larvas del neuróptero crisópido Chrysoperla carnea y de dípteros como el cecidómido Aphidoletes aphidimyza y de sírfidos sobre las colonias de pulgones de cítricos.
Control cultural
En agricultura ecológica, donde se promueve el uso de cubiertas vegetales, la siembra de poáceas entre líneas puede ser clave para mejorar la gestión de pulgones. Esta cubierta vegetal anticipada la llegada de los depredadores en los campos de clementinos. Esta estrategia de control biológico por conservación, persigue aportar presas alternativas para los enemigos naturales de las diversas especies de pulgones en momentos muy tempranos del año y antes de que se produzca la brotación del cultivo. Las especies de pulgones asociadas a la cubierta vegetal, son específicas de las especies gramíneas por lo que no colonizan nunca el cultivo de cítricos pero si provocan una presencia temprana de los enemigos naturales, con lo que mejora el control biológico de los pulgones.
Campo de clementinos sembrado con Festuca
Fitosanitarios autorizados en agricultura ecológica
También se pueden utilizar diversas materias activas para ejerce un control de las poblaciones de pulgón como son azadiractina, aceites de parafina y por último las sales potásicas de ácidos grasos vegetales para evitar la aparición de negrilla.