Identificación, biología y daños
Identificación
Prays citri es un micro-lepidóptero que daña las flores, aunque también puede perjudicar brotes y pequeños frutos.
Los huevos son aplanados, lenticulares y blanquecinos (Fig. 1).
La larva (oruga) es casi transparente, de color grisáceo o verde según la alimentación, con la cabeza marrón (Fig. 2).
La crisálida está protegida por un fino capullo de seda (Fig. 3.).
El adulto de 10-12 mm de longitud tiene el cuerpo gris pardo (Fig. 4). Las alas anteriores presentan manchas irregularmente distribuidas, entre las que destacan dos más oscuras, una hacia su mitad y otra al final. Las alas posteriores tienen una coloración más uniforme y están bordeadas por un fleco de pelos largos.
Síntomas y daños
Los daños más graves se observan en época de floración, y son producidos exclusivamente por las orugas, ya que los adultos se alimentan de néctar y otras sustancias azucaradas. En el ataque a las flores, la oruga penetra en su interior para alimentarse de las anteras y del pistilo (Fig. 5). Como consecuencia, la flor, y por tanto su correspondiente fruto, quedan destruidos. Normalmente suele dañar varias flores cercanas, a las que une con hilos de seda, formando como nidos dentro de los cuales hay pétalos secos y abundantes excrementos.
Ocasionalmente produce otros daños:
- En hojas, la larva se puede alimentar de la epidermis formando galerías.
- En yemas, donde provoca exudado de gotitas de goma. Suele ocurrir en septiembre-octubre sobre clementinos e híbridos donde, a falta de flores, provoca que los brotes tiernos se sequen.
- En injertos, pueden secarse al penetrar debajo de ellos la oruga.
- En frutos recién cuajados, las orugas llegan a penetrar dentro y los destruyen.
- En frutos más desarrollados, aparecen manchas superficiales parecidas a la oleocelosis pero con el corion del huevo en el centro de la mancha.
Biología
La puesta la hace, con preferencia, sobre los pétalos de flores aún cerradas. La oruga al nacer sale por la parte que toca al pétalo y penetra directamente en el interior de la flor. Pasa por cinco estados larvarios muy voraces hasta formarse la crisálida, que pupa normalmente dentro de la inflorescencia en la que se ha alimentado.
En un año normal pueden desarrollarse del orden de 14-16 generaciones, aunque sólo son peligrosas las que coinciden con floración abundante, que para el limonero tipo Verna es en abril-mayo y en septiembre.
Inverna en estado de crisálida en las ramas de los cítricos y en las cortezas de los troncos, o en el suelo de las plantaciones. El adulto vuela al atardecer y al amanecer.
Variedades atacadas
Todas las variedades son sensibles a sus ataques, pero las especies y variedades con una floración más escalonada son las que más daños sufren, especialmente el limonero tipo Verna y el mandarino Clemenules.