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Identificación, biología y daños

Identificación

Las hembras adultas con huevos tienen un cuerpo ovalado y marcadamente abombado (2-5 mm. de largo, 1-4 mm. de ancho y 1-2,5 mm. de alto) con tres quillas en forma de H y color negro y brillante (Fig. 1 y 4). Las hembras adultas sin huevos presentan un color ceniciento claro al principio que posteriormente se oscurece.

Las ninfas de la caparreta negra son de color anaranjado-parduzco (Fig. 3) y pueden confundirse con las de la cochinilla blanda y las de Coccus pseudomagnoliarum. Se pueden diferenciar de estas últimas porque tras la primera muda aparecen las quillas en forma de H características de la caparreta negra, que se hacen más notorias tras la segunda muda.

Huevos de S. oleae

Fig. 1. Hembra de caparreta negra con huevos

Ninfa joven de S. oleae

Fig. 2. Ninfas móviles de caparreta negra

Ninfas de S. oleae

Fig. 3. Ninfas de caparreta negra

Adulltos de S. oleae

Fig. 4. Adulltos y ninfas de caparreta negra

Síntomas y daños

Los daños producidos por la caparreta negra son debidos, como en el resto de cóccidos, a la melaza secretada, a partir de la cual se desarrolla un conjunto de hongos conocido comúnmente como “negrilla” (Fig. 6). Esta suele aparecer desde mediados de diciembre hasta primavera, por lo que si el fruto no ha sido recogido también será cubierto por la negrilla y consecuentemente se devaluará su comercialización. Por ello, la importancia de esta plaga aumenta en las variedades de cítricos tardías.

Fuerte ataque de S. oleae en rama de cítrico

Fig. 5. Fuerte ataque de caparreta negra en rama de cítrico

Daños provocados por S. oleae

Fig. 6. Negrilla sobre hojas y fruto.

Biología

La caparreta negra es una especie ovípara y partenogenética, es decir, las hembras no fecundadas ponen huevos de los cuales eclosionan hembras. Durante su desarrollo la caparreta negra muda tres veces, pasando por tres estadios ninfales antes de alcanzar el estado de adulto.

Las hembras ponen entre 500 y 2500 huevos que albergan en el espacio entre el escudo y la planta. Al eclosionar las ninfas se deslizan bajo el escudo de la madre. Las ninfas tienden a fijarse en las hojas, cerca del nervio central y prefieren el haz al envés. Una vez fijadas permanecen allí hasta que vuelven a migrar a las ramas. Una vez en las ramas se desarrollan hasta llegar a adultas. Una vez muertas pueden ser fácilmente reconocibles porque pierden el brillo.

El número de generaciones por año varía entre una y dos según años y parcelas, la segunda generación puede ser parcial o completa. La primera eclosión de ninfas se produce a finales de primavera principios del verano en todas las zonas. La segunda eclosión es más variable y puede producirse desde principios de otoño hasta finales del invierno.

Variedades atacadas

Todas las variedades son sensibles.