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3.- Elementos de las máquinas

En este punto se describen en detalle los elementos más importantes del circuito hidráulico y,  en el caso de los equipos asistidos por aire, del sistema de  generación del caudal de aire. Todos los circuitos hidráulicos de las máquinas para la distribución de tratamientos están formados por: el depósito, la bomba, el manómetro, las boquillas, y los filtros.

Depósito

El depósito es el lugar donde se prepara y mantiene el caldo que se ha de pulverizar. En el mercado actual se emplean dos materiales para la construcción de los depósitos: la fibra de vidrio (poliéster) o el polietileno. Los depósitos de poliéster son más caros y difíciles de limpiar interiormente, pero se pueden reparar con facilidad en caso de rotura. Los de polietileno son más baratos y se limpian mejor, pero son más frágiles y difíciles de reparar.

Muchos productos fitosanitarios son bastante insolubles, o, como ocurre con los aceites minerales, deben mantenerse en una emulsión que es relativamente inestable. Por ello los  depósitos deben tener un buen sistema de agitación. Aunque aún existen algunos equipos con sistemas de agitación mecánicos (palas) (Figura 5), los sistemas hidráulicos (Figura 6) suelen ser más eficaces y consumen menos energía. En ellos, parte del caudal suministrado por la bomba se desvía hacia el depósito y, gracias a una boquilla, se inyecta en el caldo y remueve el líquido del depósito.

 

Figura 5. Agitador mecánico

Figura 5. Agitador mecánico

 

Figura 6. Agitador hidráulico

Figura 6. Agitador hidráulico

Según la normativa vigente, los depósitos deben ser de fácil limpieza, con el fin de que  no queden residuos de productos en ellos que se liberen los sucesivos tratamientos. Por ello, no deben ser demasiado rugosos (menos de 100 micras) ni externa ni internamente. También deben tener un indicador de contenido calibrado, duradero y visible desde el puesto del conductor y desde el lugar de llenado. Además, deben poder ser vaciados completamente.

Se recomiendan uno o varios depósitos para el enjuagado del equipo, independientes del de “agua limpia” destinado al operador, con una capacidad al menos igual a la décima parte del volumen del depósito. Asimismo es recomendable que dispongan de dispositivos para la limpieza de bidones de productos fitosanitarios, con posibilidad de recuperar y transferir el agua de limpieza a la cuba.

La estanqueidad del depósito es clave para una aplicación segura y respetuosa con el medio ambiente y debe ser comprobada periódicamente.

Bomba

La bomba es uno de los elementos más importantes del equipo. Proporciona la presión necesaria al circuito hidráulico. En la actualidad se comercializan dos tipos de bombas: las de pistones (Figura 7) y las de pistón-membrana (Figura 8). No disponemos de datos que indiquen cuales son las de mejores prestaciones. En ambos casos, las bombas pueden acompañarse de amortiguadores, cuya misión es mantener la presión constante y evitar los altibajos en la misma que producen las emboladas.

Se debe revisar periódicamente la conservación de la estanqueidad de la bomba, su adecuada lubricación y el correcto estado de los pistones o de las membranas.

Figura 7. Bomba de pistones

Figura 7. Bomba de pistones

Figura 8. Bomba de pistón-membrana

Figura 8. Bomba de pistón-membrana

 

Manómetro

Un elemento muy importante en el equipo es el manómetro (Figura 9). Es prácticamente el único indicador del que dispone el aplicador para saber si está realizando su trabajo adecuadamente. No hemos de olvidar que la presión influye sobre el caudal que sale por las boquillas y sobre el tamaño de las gotas que producen. Por lo tanto, la presión es, junto a la velocidad de avance del equipo, un factor determinante sobre la efectividad del tratamiento.

Conviene recordar que la presión a la salida de la bomba, que es donde suele encontrarse el manómetro, no es la misma que en las boquillas ya que se producen pérdidas de carga en las conducciones. Por ello se recomienda conocer estas pérdidas y tenerlas en cuenta a la hora de realizar los tratamientos.

Figura 9. Manómetro

Figura 9. Manómetro

Boquillas

Las boquillas son los elementos activos del equipo (Figura 10). Su misión consiste en dividir el flujo de caldo en pequeñas porciones. Las boquillas que más se emplean en la actualidad para distribuir insecticidas son las de turbulencia, bien de cono hueco o bien de cono lleno. Éstas boquillas constan de dos partes: difusor y núcleo, ambas piezas se encuentran bien por separado o integradas en un cuerpo plástico.

Figura 10. Boquillas y sistema antigoteo.

Figura 10. Boquillas y sistema antigoteo.

Es conveniente recordar que el caudal que sale por una boquilla es aproximadamente proporcional al cuadrado del diámetro del orificio y a la raíz cuadrada de la presión. Por lo tanto:

  • para aumentar el caudal de manera considerable se recomienda cambiar la boquilla por una de orificio mayor en lugar de aumentar la presión.
  • el desgaste de la boquilla se traduce rápidamente en un aumento del caudal proporcionado por la misma: una boquilla que proporciona más del 10% del caudal nominal debe ser inmediatamente reemplazada.
  • si la boquilla se obtura, se observa una reducción notable del caudal que proporciona. Para limpiarla, se recomienda utilizar agua limpia y un cepillo suave. Jamás se debe soplar con la boca (peligro de intoxicación) ni utilizar un alambre (estropea la boquilla) para desembozarlas.

Los fabricantes de boquillas facilitan unas tablas en las cuales aparece el caudal que deben suministrar las boquillas en función de la presión (Anejo 1). Como norma general se considera que las boquillas deben ser reemplazadas cuando el gasto de caldo sobrepasa el 15%  del nominal. El caudal suministrado a cada lado del equipo debe ser similar.

A menudo se utilizan boquillas de diferente calibre según su posición relativa respecto a los árboles, con el fin de adecuar la cantidad de caldo que se distribuye a la vegetación con la que se enfrentan.

Según el material del que están fabricadas, las boquillas pueden ser:

  • de cerámica: Presentan una gran resistencia al desgaste, pero producen gotas con una distribución de tamaños muy amplia.
  • de acero inoxidable o materiales plásticos: Se desgastan con mayor rapidez, por lo que deben ser controladas cada cierto tiempo. Sin embargo presentan una distribución más homogénea de tamaños de gota.

Actualmente en la mayoría de los equipos se dispone de un sistema antigoteo (Figura 10), cuya función es evitar que el líquido que queda en los conductos se pierda por las boquillas. Para que las boquillas proporcionen el caudal máximo el agujero del sistema antigoteo debe alinearse con el agujero de la boquilla.  Esto es muy importante que lo tengamos en cuenta a la hora de orientar las boquillas en los turboatomizadores ya que se deberán orientar también los antigoteos.

Filtros

Los filtros tienen como misión conservar el equipo en buen estado de funcionamiento. Deben proteger a la bomba (Figura 11) y a las boquillas, evitando la entrada de partículas que produzcan la abrasión de los elementos fijos o móviles o la obturación de las boquillas (Figura 12).

Figura 11. Filtro a la entrada de la bomba

Figura 11. Filtro a la entrada de la bomba

Figura 12. Filtro a la entrada del depósito

Figura 12. Filtro a la entrada del depósito

Ventilador

Como se ha indicado anteriormente los equipos asistidos por aire disponen de un ventilador axial que se encarga de provocar el movimiento de las hojas y de transportar las gotas hasta su destino final.

Es muy importante señalar que es el elemento que más energía consume. Por tres motivos: la calidad del transporte de las gotas, la generación de movimiento en las hojas para poder tratarlas adecuadamente y el elevado consumo de energía, el diseño del ventilador es decisivo en las prestaciones del equipo.

La salida de aire debe ser simétrica a ambos lados del equipo. Las rejillas de aspiración deben mantenerse limpias de hojas y suciedad, con el fin de no reducir la eficacia del ventilador.