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Umbrales de intervención

Para cada situación de cultivo (no es lo mismo una plantonada que una plantación adulta, ni tampoco un huerto de Navelina que uno de Marisol), deberemos saber qué cantidad de daño podemos tolerar sin que ello suponga una merma en nuestros ingresos. Conociendo ese umbral, esa cantidad de plaga, seremos capaces de tomar las medidas oportunas de control cuando la población del fitófago, determinada mediante los métodos desarrollados en la fase anterior, se esté acercando a él.

Una vez superados los umbrales de intervanción, será preciso cotejar todas las posibles medidas de control, para dar prioridad a aquéllas que se muestren más eficaces, tanto desde el punto de vista económico, como medioambiental y sanitario. En este sentido, habrá que tener en cuenta el coste que los efectos secundarios de los plaguicidas (fenómenos de resistencia, de resurgencia de plagas, de acumulación de residuos, etc.) suponen para la sociedad en su conjunto.